Maria Heras, desde los 16 años jugando en baloncesto en silla y actualmente jugadora del UNES Barça y miembro de la selección española absoluta y seleccionada por segunda vez para representar a España en las paralimpiadas.
¿A nivel de visibilidad, social y económico, qué diferencias hay entre el baloncesto en silla respecto al baloncesto a pie?
En cuanto a concienciación vamos a colegios a enseñar cómo funciona este deporte. Además, se dan partidos de honor en TVE y en YouTube. En cuanto a visibiliad, hacemos lo que podemos, pero tenemos que trabajar también. Por suerte, el baloncesto en silla es uno de los deportes más avanzados y hay empresas que deciden apostar por abrir un equipo y consiguen ayudas, pero aún así a veces no es suficiente.
¿Durante estos años has visto un avance hacia la inclusión?
Sí, de hecho existe el baloncesto inclusivo, que aquí en Cataluña es la comunidad que más hace partidos 3×3 y 5×5 con personas a pie. O sea, existe, le falta mucho por desarrollar porque las normas pueden ser un poco complicadas, pero te puedes acabar divirtiendo igual cuando lo sabes jugar. Entonces, poder se puede. También vienen muchos colegios a experimentar qué se siente a jugar con la silla y les acaba encantando. Aún así, pienso que queda mucho por visibilizar.
¿Nos puedes contar alguna anécdota que te haya pasado durante estos años?
Mi primer europeo, donde ganamos la medalla de bronce, estuve todos los entrenos haciendo bromas sobre que iba a tirar un triple. Yo no había ido ni a ningún mundial ni nada, y en el europeo me sacan unos minutos a jugar y…¡nadie confiaba! e ¡hice un pedazo de triple! y todo el estadio estaba llenísimo. Desde entonces voy diciendo que soy triplista hahaha.
¿Qué le dirías a una persona que tiene una discapacidad y no sabe si empezar en el mundo del deporte o tiene miedo?
Sobretodo ven y prueba, si a partir de ahí no te gusta, puedes irte a casa y no pasa nada. No es un mundo fácil, está claro, todos ya tenemos unas dificultades en la vida real y venir aquí es venir a competir con todos sin importar si te falta un brazo, o una pierna…porque a mí tampoco me van las piernas. Y todos con todos, estamos en el mismo barco y toca esforzarse. Lo que sí que como todos tenemos una discapacidad, lo que llena a todo el mundo es que no te sientes diferentes. Nadie te va a decir nada porque todos tenemos lo mismo.